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¿Se pueden grabar conciertos con el móvil? ¿Por qué muchos músicos se están quejando de la presencia de smartphones durante las actuaciones? ¿Es posible impedir que el publico se dedique a grabar conciertos con el móvil? 

Hace ya tiempo que nadie enciende un mechero en un concierto. Ya no es necesario ni siquiera utilizar la luz del móvil para acompañar al grupo en un momento intenso de su actuación. De manera permanente el patio de butacas está iluminado por los flashes y luces de las cámaras de móviles de un montón de espectadores que están grabando el concierto (o viéndolo a través de su pantalla).

Antes se solía cachear a la entrada de los recintos para requisar temporalmente cámara de fotos o de vídeo por parte de la organización. Ahora es impensable dejar a una persona sin su smartphone, un aparato que se ha convertido en un verdadero problema para la música en vivo por varios motivos. Resulta preocupante ver cómo está cambiando la forma de entender y disfrutar la música en directo. Otra pata del problema es las molestias generadas al público de alrededor por un brazo en alto que te tapa la visión (ni hablo de la gente que se acerca al escenario para hacerse un selfie con el grupo tocando detrás como si estuvieran en el zoo). Pero sobre todo este fenómeno supone una vulneración de los derechos de los músicos y organizadores de música en directo.

Un grupo o músico que está actuando en directo tiene la consideración de artista intérprete o ejecutante según el artículo 105 de la Ley de Propiedad Intelectual. La normativa de propiedad intelectual otorga a los músicos y artistas que intervienen en un concierto una serie de derechos para proteger sus intereses y explotar su trabajo de la manera que consideren oportuna. El músico tiene el derecho exclusivo de autorizar la fijación de sus actuaciones (la grabación con el móvil sería un acto de fijación). También tiene los derechos exclusivos de reproducción y comunicación pública de esas fijaciones o grabaciones. El artista es libre de ceder esos derechos mediante contratos y licencias a quien considere oportuno; normalmente tales cesiones se producen con el organizador del concierto o un productor fonográfico o audiovisual que posteriormente quiera publicar el concierto en disco o en vídeo. Al grabar conciertos con el móvil también se estarían vulnerando los derechos de autor de los compositores de las canciones (no siempre el artista o banda es autor de las obras que tocan).

Como cualquier otra persona, los grupos de música y artistas también son titulares de derechos de imagen reconocidos por la Ley Orgánica 1/1982, de 5 de mayo, de Protección Civil del Derecho al Honor, a la Intimidad Personal y Familiar y a la propia Imagen. En virtud de esta Ley, un músico tiene la potestad de permitir o impedir que se utilice su imagen para fines publicitarios, comerciales o de naturaleza análoga. Si el músico de manera legítima quiere obtener ingresos derivados de derechos imagen mediante acuerdos con marcas o patrocinadores, es posible que no quiera que su imagen se utilice por otras personas que podrían comprometer unos ingresos cada vez más importantes a la vista de las cifras de música grabada. Si el artista no autoriza las grabaciones o expresamente lo prohibe en las condiciones de las entradas, el acto de grabar conciertos con el móvil supondría una infracción de la mencionada Ley Orgánica.

Por supuesto, muchos músicos pueden estar de acuerdo con que su público se dedique a grabar conciertos con el móvil. Puede autorizarlo por motivos promocionales, éticos o de otra índole. En tales casos los grupos deberían acordar con el organizador que tal autorización se extienda a las condiciones de las entradas.

Recuerdo que en un concierto de Van Morrison la organización advirtió por megafonía antes del inicio que si se veía algún flash de cámara de fotos el señor Morrison interrumpiría de inmediato su actuación y pondría rumbo de vuelta a su casa de Belfast (si la distancia lo permite duerme en casa tras los conciertos. Es totalmente comprensible y legítimo que un artista decida impedir que el público pueda grabar conciertos con el móvil no solo por motivaciones comerciales, sino también debido a criterios morales y artísticos dada la mala calidad de unas grabaciones que no transmiten la calidad en la música que el artista considera adecuada.

 

Imagen: pixabay.com

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