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¿Cuánto paga Spotify por cada reproducción? ¿Por qué el artista no percibe la cantidad íntegra que se supone le correspondería? ¿Qué es la cuota de reproducción? ¿Gano más dinero si subo yo mismo mis canciones o si lo hago a través de una discográfica? ¿Existe alguna normativa que aporte información sobre todas estas preguntas?

Tratando de dar respuesta a todas las cuestiones anteriores, vamos a diseccionar cómo funciona el reparto de beneficios generados por las reproducciones de las canciones en la plataforma de streaming musical más utilizada.

¿Existe alguna norma que regule todo esto?

Sí, además de la legislación en materia de propiedad intelectual y de derechos autor de cada territorio donde opera esta plataforma, hay que destacar la más reciente Directiva (UE) 2019/790 de 17 de abril de 2019 sobre los derechos de autor y derechos afines en el mercado único digital, transpuesta por nuestro país en el Real Decreto-ley 24/2021, de 2 de noviembre. 

Esta directiva supuso un hito importante en materia de derechos de autor, ya que hace responsables a estas plataformas sobre el uso de música que suben a ellas los propios usuarios, fomentando que lleguen a acuerdos con los titulares de derechos a través de acuerdos de licencia. Esta normativa, y su artículo 17 especialmente, regula aspectos importantes, como el reconocimiento al derecho de autores y de artistas intérpretes o ejecutantes, a recibir una remuneración adecuada y proporcionada, así como una modernización de la regulación del derecho a la revisión de sus retribuciones si resultaron desproporcionadamente escasas.

En este artículo de nuestro HUB te contamos con más profundidad todas las características de esta nueva normativa en materia de derechos de autor y cómo influye en el negocio de la música en el mercado digital.

¿Cuánto paga Spotify por cada reproducción?

Aunque el pago por parte de la plataforma a cada artista depende en cierto modo del número de reproducciones, no se asigna una cantidad monetaria única por cada reproducción, sino que la propia plataforma establece lo que denomina la ‘cuota de reproducción’. Para obtener dicha cuota, que se calcula mensualmente y por cada país en los que está presente Spotify, se suma el número de reproducciones que tienen los temas pertenecientes a cada artista y se divide por la cantidad total de reproducciones en ese mercado. Es decir, cuantas más escuchas tenga el catálogo de un artista respecto de todo el contenido de Spotify en cada país, más dinero va a percibir del conjunto recaudado por la plataforma en dicho territorio, teniendo en cuenta sus ingresos por reproducciones, suscripciones y publicidad.

El motivo que alega Spotify para la utilización de esta fórmula es que los usuarios que pagan una suscripción mensual no pagan por cada reproducción, sino por la tarifa dependiendo del tipo de suscripción.  Además de la ‘cuota de reproducción’, habría que tener en cuenta los acuerdos que tenga Spotify con las grandes discográficas por ofrecer sus catálogos, por lo que es difícil saber cuál es el importe exacto que genera cada reproducción. En la actualidad existen varios estudios que estiman que el importe por cada play que percibiría el artista estaría entre los 0,0027 y 0,0044 euros, y herramientas útiles como esta calculadora de royalties elaborada por BMAT.

No obstante, según el último informe de Loud & Clear, sitio web de estadísticas de Spotify, en 2021 la plataforma pagó más de 7 mil millones de dólares a los distintos actores de la industria musical, y más de mil artistas percibieron hasta 1 millón de dólares por sus reproducciones. 

¿A quién paga Spotify?

Es conveniente saber que Spotify no paga directamente a los artistas o compositores de las canciones, sino que antes de llegar el dinero a estos, paga a los titulares de los derechos de sus canciones. Y, ¿quiénes son los titulares de los derechos de las canciones? Por un lado, tenemos los derechos fonográficos o de grabación y por el otro los derechos editoriales. Por tanto, de la liquidación que efectúa Spotify aplicando su cuota de reproducción, el artista percibirá en función de lo acordado en su contrato discográfico y su contrato editorial.

Actualmente cualquier artista puede subir fácilmente su trabajo en este tipo de plataformas con ayuda de las agregadoras o distribuidoras, como pueden ser Altafonte, Ditto, TuneCore, etc., pagando una cantidad fija o mediante un porcentaje que se acuerde, así que en el caso de que el artista componga sus propios temas y se autoedite, es decir, que no haya firmado ningún contrato discográfico ni editorial, él es el único poseedor de sus derechos y, por tanto, percibiría el importe íntegro, exceptuando los intereses que le puede efectuar la distribuidora que haya utilizado para colocar su música en la plataforma.

¿Y en el caso de las colaboraciones o de las covers?

Como el pago se hace a los titulares de derechos y no al artista directamente, no hay problema. Cada canción tiene unos créditos que hay que incluir a la hora de subir los temas a la plataforma en los que es necesario indicar todos los artistas que interpretan la canción y todos los autores de la misma. En función de ello, Spotify entregará la liquidación correspondiente a los titulares de los derechos indicados en esos créditos, y estos a los artistas y/o autores.

¿Qué papel juegan las entidades de gestión en este proceso?

En este caso, las entidades de gestión de derechos de autor, como es el caso de SGAE en nuestro país, realizan un papel intermediador entre Spotify y los autores de las canciones. Por una parte, llegan a acuerdos con las plataformas para que puedan utilizar las canciones de su repertorio, y por otro lado, se encargan de recolectar y distribuir los ingresos generados por el streaming a nivel de derechos de autor, identificando a los autores de cada canción, y coordinándose con las entidades de gestión de otros territorios. 

¿Mejor solo o acompañado?

Puede dar la impresión de que los artistas que suben de manera autónoma su trabajo a la plataforma, van a percibir una cantidad mayor de dinero que aquellos que cuentan con un sello discográfico y una editorial. La realidad es que la autoedición ha crecido bastante en los últimos años, a veces por pura necesidad y otras veces porque cada vez más artistas se han dado cuenta que siendo ellos los únicos titulares de sus derechos perciben una mayor cantidad de beneficios por su música. Es más, de acuerdo con las estadísticas de Loud & Clear a las que hacíamos referencia, de los más de 50.000 artistas que en 2021 generaron más de 10.000 dólares en Spotify, en torno a un 28% se auto-distribuyen directamente en la plataforma.

Ahora bien, no hay que olvidar que, dadas las ventajas que supone la autoedición y la facilidad existente para subir tu propia música a Spotify, también implica que la cantidad de música existente en estas plataformas sea cada vez más numerosa y variada y, por tanto, sea más difícil destacar y generar escuchas que aumenten la ‘cuota de reproducciones’. Por todo ello, también hay que tener en cuenta que las editoriales y distribuidoras pueden jugar un papel muy importante a la hora de promocionar y distribuir la música en las diferentes plataformas de streaming, como, por ejemplo, mediante el llamado playlisting, que es el medio más efectivo de generar escuchas y oyentes mensuales y que consiste en posicionar los temas de los artistas en las listas de reproducción oficiales.

Autor: Enrique Suárez.

*Imagen: Fixelgraphy – Unsplash

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