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Rauw Alejandro publicó el pasado viernes 11 de noviembre Saturno, su nuevo álbum de estudio. Sin embargo, el lanzamiento no ha estado exento de polémica, ya que la canción que da nombre al álbum ha generado mucho debate. Y es que la banda jerezana Space Surimi ha acusado en sus redes sociales al cantante y compositor del tema de plagiar un tema suyo de 2020 titulado «Follow the Linier». En este artículo, ofrecemos la perspectiva legal de este caso analizando la posible existencia de un sample y sus implicaciones para la constatación del supuesto plagio.

En un vídeo, el grupo de Jerez Space Surimi fue, con tono humorístico, extrayendo similitudes entre su canción “Follow the linier” y el tema del artista puertorriqueño. La principal semejanza que apuntan radica en la percusión electrónica de los temas, consistentes en muestras de aproximadamente dos segundos puestas en bucle o loop para crear la base. Es cierto que la base de Rauw Alejandro suena similar, con una misma tonalidad y velocidad similar, aunque introduciendo otros elementos sonoros, tanto, que algunos apuntan ya que se trata de un sample 

Esto nos acercaría al supuesto, que ya analizamos en un artículo y que os dejamos aquí, del asunto Pelham, en el que la canción producida por Pelham, “Nur mir” incorporaba un sample de dos segundos de una canción del mítico grupo electrónico Kraftwerk en bucle para crear la base del nuevo tema. En ese caso, el Tribunal de Justicia de la UE estimó que samplear un fonograma requiere de la autorización del productor de dicho fonograma ya que tiene un derecho de reproducción sobre éste. No obstante, si la muestra se modifica hasta el punto en que no fuera reconocible, esta autorización no sería obligatoria.  

En el presente caso, parecería que, de tratarse de un sample y haberse reconocido, habría que solicitar autorización al productor. Otro asunto sería la parte editorial, es decir, la correspondiente a la composición, para lo que sería necesario hacer un juicio de originalidad para ver si en esa secuencia de dos segundos en bucle se expresa la creación original del autor y de ser así, sería necesaria autorización y el pago de una licencia. Si se determinase que dicha muestra no es original, esto no sería necesario. Dicho esto, no parece lógico, desde una perspectiva de mercado, que un editor no vaya a reclamar el pago de una licencia cuando al productor del fonograma que incorpora dicha composición sí se le haya pagado. Si resultase que la canción de Rauw Alejandro no emplea un sample, no sería necesaria ninguna autorización por parte del productor fonográfico de Space Surimi.

Otra alternativa sería que Rauw Alejandro hubiese extraído esa percusión de la composición, pero no de la grabación. Esto sería una interpolación o replay. Para esto, igualmente debería entenderse que esa secuencia rítmica de Space Surimi es lo suficientemente original como para requerir de una licencia. Un juicio complejo por la duración de esta secuencia percusiva, no porque se siga un criterio cuantitativo para estudiar la existencia de plagio o no, sino porque en ese fragmento debe encontrarse la expresión original del autor, algo que dificulta una duración tan breve. Dicho esto, hay casos en los que incluso once palabras se han considerado lo suficientemente originales como para que su reproducción precisara de autorización por parte de su autor.

El puertorriqueño respondió a la polémica argumentando que para crear “Saturno” se había inspirado “Looking from a Hilltop” de la banda de los ochenta Section 25, y que el “freestyle” y el “boom cap” son sonidos “creador por portorriqueños y afroamericanos en los ochenta” y que él no había inventado la rueda, sino que sólo había participado de esa tradición musical. 

Por otro lado, Space Surimi ha apuntado las semejanzas existentes entre los videoclips de las canciones, y es que ambos vídeos son 360, es decir, puedes girar la cámara desde tu reproductor para ver con una visión de 360 grados; con una tonalidad azul y, en el que la perspectiva es de un asiento trasero de una nave que va viajando por el espacio. Para más inri, ambas canciones incorporan el sonido del canto de un delfín, algo que para los jerezanos es un claro indicio de que se ha copiado su creación. 

Son muchos elementos a estudiar y comparar y tendremos que ver cómo evoluciona, y si Space Surimi reclama a Rauw Alejandro o no.  

Autor: Santiago Bernal.

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