La Corte Suprema de los Estados Unidos rechazó el lunes una demanda en la que Genius, la famosa plataforma para añadir letras de canciones, acusaba a Google de robar millones de estas letras de su base de datos. Sin embargo, la Corte Suprema toma menos del 2% de todos los casos (aproximadamente 7000) que recibe cada año, por lo que el lunes el tribunal rechazó la petición de Genius de escuchar el caso, confirmando así la victoria de Google.
Pero este caso no es nuevo, la plataforma de lyrics lleva desde 2019, cuando presentó su primera demanda, alegando que el gigante tecnológico había robado el contenido cuidadosamente transcrito de su página web para utilizarlo en sus propios «cuadros de información» que aparecen junto a los resultados de búsqueda y que así las letras de las canciones aparezcan automáticamente en el buscador sin necesidad de entrar en otras páginas como la suya.
Pero, ¿no podría Google simplemente haber transcrito por su cuenta las letras de las canciones para añadirlas a los resultados de búsqueda? Genius rechaza cualquier posibilidad de que esto sea cierto. Según la plataforma, Google se aprovechó del tiempo, del trabajo, de los sistemas y de los recursos invertidos en la creación de dicho servicio. Para certificar esto, Genius reveló su truco final: había utilizado un código secreto encriptado en las letras que deletreaba la palabra REDHANDED para demostrar las malas acciones de Google.
Pero, ¿por qué son Genius y Google los que están enzarzados en una batalla legal por las letras de las canciones? ¿No deberían ser los propios autores de las letras quienes eligiesen dónde quieren que estén, ya que han sido compuestas por ellos?
¿Las letras de las canciones tienen derechos de autor?
Aunque el caso que introducíamos parecía estar relacionado con los derechos de autor, Genius no acusó a Google de robar propiedad intelectual, ya que las letras, efectivamente, pertenecen a sus autores y, por lo tanto, están protegidas por derechos de autor.
Los autores tienen el derecho de autorizar o prohibir la reproducción, distribución, exhibición pública y adaptación de sus letras. Esto significa que cualquier uso no autorizado de las letras de una canción, como su reproducción en publicaciones, su interpretación en público o su inclusión en obras derivadas, podría constituir una infracción de los derechos de autor, a menos que se obtenga el permiso del titular de los derechos. Tanto Google como Genius tienen que pagar las licencias correspondientes para mostrar las letras.
Es precisamente por esto por lo que, en marzo de 2022, la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito de los Estados Unidos desestimó el caso, argumentando que solo los propietarios reales de los derechos de autor, es decir, los compositores o editores, podían presentar una demanda de este tipo, no una web que simplemente transcribe las letras. Según el tribunal, el caso fue «anulado» por la ley federal de derechos de autor, ya que las acusaciones de Genius eran similares a un reclamo de derechos de autor y debían presentarse como tal.
Al llevar el caso ante la Corte Suprema, el Procurador General de los Estados Unidos aconsejó a la misma Corte que no se involucrara en el caso, argumentando que la demanda de Genius no era el mejor vehículo para abordar los asuntos planteados.