La tensión entre la industria musical y el gobierno británico sigue en aumento debido a la propuesta de reforma legal que permitiría a las empresas de inteligencia artificial utilizar material protegido por derechos de autor para entrenar sus modelos sin necesidad de licencia previa. Esta regulación, inspirada en la Ley de IA de la Unión Europea, ha generado un rechazo masivo por parte de artistas, discográficas y ejecutivos de la industria.
Un álbum de protesta: la respuesta de los artistas
Más de 1.000 músicos, incluyendo nombres icónicos como Damon Albarn, Kate Bush, Annie Lennox, Billy Ocean, Ed O’Brien, Hans Zimmer, Tori Amos y Cat Stevens, han lanzado el álbum Is This What We Want? como forma de protesta. El disco, compuesto por grabaciones de ruido blanco o completamente vacías, transmite su mensaje de manera directa:
«The British Government Must Not Legalise Music Theft To Benefit AI Companies»
(El Gobierno Británico No Debe Legalizar el Robo de Música Para Beneficiar a Empresas de IA)
Los royalties generados por el álbum serán donados a la organización benéfica Help Musicians, reforzando la lucha en defensa de los derechos de los creadores.
Las discográficas se suman a la lucha
No solo los artistas han alzado la voz. Los CEOs de las principales discográficas del mundo –Sir Lucian Grainge (Universal Music Group), Rob Stringer (Sony Music Group) y Robert Kyncl (Warner Music Group)– han respaldado la campaña contra la reforma. En una columna en The Times, Grainge advirtió que esta medida podría devaluar la música, comprometiendo la capacidad de los creadores para monetizar su trabajo.
Las compañías exigen que, en lugar de un sistema de opt-out (donde los titulares de derechos deben excluirse activamente si no desean que su trabajo sea utilizado), se establezca un modelo de opt-in, donde la autorización previa sea obligatoria.
“El sistema debe garantizar que los creadores sean quienes den su consentimiento explícito antes de que sus obras sean utilizadas para entrenar modelos de IA”, argumenta Grainge.
Por su parte, Rob Stringer (Sony Music) reconoce que la inteligencia artificial tiene un gran potencial, pero enfatiza que “los creadores deben ser justamente compensados”. Mientras tanto, Robert Kyncl (Warner Music) sostiene que la reforma socavaría la capacidad de los artistas para monetizar su trabajo, debilitando toda la industria.
El debate en el Parlamento y su impacto internacional
La propuesta de ley sufrió un primer revés en enero cuando fue rechazada en la Cámara de los Lores, pero el gobierno británico sigue evaluando su implementación. Mientras tanto, la presión de la industria sigue en aumento, con figuras como Elton John y Paul McCartney sumándose a la denuncia sobre la falta de protección para los creadores.
Este debate no se limita a Reino Unido. En España, un decreto similar basado en la directiva europea 2019/790 fue detenido por la falta de consenso con el sector cultural. La propuesta buscaba permitir licencias colectivas ampliadas para facilitar la explotación de obras sin autorización individual, pero la fuerte oposición de la comunidad artística obligó al gobierno a suspender su tramitación y abrir un proceso de diálogo.