Hace ya tiempo que la figura del editor musical está cambiando hacia nuevos modelos de negocio y de gestión de derechos de autor. El editor musical es el encargado de gestionar los derechos de la obra, cobrar los royalties, protegerla frente a usos no autorizados y buscar la mejor explotación posible, por ejemplo, buscando artistas que quieran interpretar la composición en sus discos.
Hasta ahora el modelo habitual está basado en que el autor o compositor musical cede ciertos derechos de propiedad intelectual al editor en un contrato de edición musical, normalmente en exclusiva, siendo éste el que a su vez registra la obra en entidades de gestión como la SGAE. A cambio de las funciones que realiza, el editor percibe un porcentaje de los ingresos que genere la obra; a efectos prácticos ese porcentaje no será mayor del 50% (máximo que permite SGAE) y suele variar en función de diversos factores: mayor o menor implicación del editor, fuerza negociadora de las partes, intereses relacionados (firma de un contrato discográfico con una compañía relacionada con el editor),… También existen muchos casos de autoedición por parte del compositor o artista a través de la creación de una editorial musical propia a la que ceden los derechos, manteniéndose así como propietarios efectivos de los derechos de autor.
Pero existen empresas editoriales o publishing companies que están modificando estos paradigmas. Nos parece particularmente reseñable el caso de Kobalt Music Group, dada la dimensión en cifras e influencia que está alcanzando. Kobalt fue fundada por Willard Ahdritz en el año 2000 como respuesta al modelo editorial musical tradicional. Realiza una labor editorial administrativa, en la cual el autor mantiene la titularidad de los derechos de explotación y la editorial se limita a recaudar los royalties y gestionar el pago a los compositores con puntualidad. También prestan el mismo servicio a intérpretes y productores de fonogramas en la recaudación de derechos conexos generados por las grabaciones. Todo esto permite a los artistas mantener un alto grado de independencia y libertad, sin necesidad de doblegar esfuerzos en crear sus propias estructuras empresariales para gestionar los derechos.
En 2011 Kobalt adquirió AWAL (Artist without a Label), un agregador y distribuidor digital de música, con la finalidad de acceder a tiendas online (iTunes, Amazon,…) y los servicios de streaming (Spotify, Youtube…). Tras esta compra crearon la división Kobalt Label Services para trabajar directamente con sellos, editoriales y artistas autoeditados ofreciéndoles diversos servicios como distribución, sincronizaciones, etc…
Desde sus inicios, Kobalt ha apostado por la innovación y nuevas tecnologías para ofrecer a los autores, artistas y sellos que trabajan con ellos una mejor y más transparente información sobre el complejo flujo económico de sus regalías.
Sus cifras actuales y su proyección futura son mareantes a partes iguales. Según la revista Wired, es segunda editorial en Estados Unidos detrás de ATV (propiedad de la major Sony), la primera independiente en Reino Unido y la segunda en ingresos mundiales, solo por detrás de Universal. Su catálogo tiene más de 600.000 canciones y 8.000 artistas. Prestan servicios o gestionan derechos de Bob Dylan, Paul McCartney, Bob Marley, John Denver, Sonic Youth, Prince, Massive Attack, Alt-J, Bon Iver, Band of Horses, Nick Cave and the Bad Seeds, Bon Jovi, Dave Grohl, Foo Fighters, Placebo, Bruno Mars, Red Hot Chili Peppers, Sam Smith, Tame Impala, Simon and Garfunkel, 50 Cent, LMFAO, Miles Davis, Beck,… Algunos de ellos (o sus herederos) han confiando en Kobalt para gestionar parte de sus derechos de autor como editorial, derechos conexos como intérpretes en discos publicados o para otros servicios discográficos (por ejemplo, distribución). Otro dato importante para el futuro es que Google Ventures ha invertido en esta compañía en una ronda de inversión en 2015 en la que se levantaron un total de 126 millones de dólares.
Empresas de la industria musical como los distribuidores y agregadores digitales como Altafonte o iMusician ya están en la misma onda.
Por todo ello, creemos que Kobalt Music será una fuente de inspiración clave para muchas de las empresas editoriales y discográficas de la industria musical, que irá pivotando hacia modelos de servicio-al-artista y dejando atrás los anteriores paradigmas de cesión/propiedad de derechos.
*Fuentes: Wikipedia. Wired. Kobalt Music. Music Business Journal.