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Si bien la televisión y el cine continúan luchando contra la piratería, para la música ya no es el problema que alguna vez fue gracias al enfoque de la industria hacia el streaming. Como refleja Billboard, en 2022, la piratería de películas aumentó un 38,6% y, para 2027, el negocio del streaming de vídeo podría perder 113 mil millones de dólares anuales a causa de la piratería, según un informe de la firma de investigación Parks Associates. ¿Podría esta amenaza llegar a la música?

Más de dos décadas después de la explosión en la industria musical de las webs de intercambio de archivos, como Napster, eMule o Ares (quién no utilizó alguna en su adolescencia), la piratería ya no es un tema tan candente en el sector. Las nuevas amenazas de la industria musical podría ser la irrupción de la IA en la música o el problema de la remuneración en el streaming, pero la piratería hace tiempo que no encabeza la lista de preocupaciones. 

Sin embargo, la piratería en la música no ha desaparecido. Según la empresa de investigación MusicWatch, 55 millones de personas en los EE. UU. obtuvieron música no autorizada en 2022 a través de medios como TikTok, plataformas peer-to-peer, webs de extracción de secuencias, aplicaciones móviles y transferencia de archivos en unidades flash, y un 10% de los internautas estadounidenses tuvo acceso a música a través de servicios de alojamiento de archivos online como Dropbox.

Según estos datos, la piratería de música habría aumentado en 2022 con más de 15.000 millones de visitas a webs de piratería de música. Los países que más han visitado estas páginas son Irán, India y EE. UU.  

Un informe de la IFPI de 2021 titulado Engaging With Music mostró que el 30% de las personas encuestadas en 21 de los principales mercados del mundo habían utilizado métodos ilegales o sin licencia para escuchar o descargar música ese año, y el 14% había accedido a música en plataformas de redes sociales sin licencia. 

Si bien la piratería es constante e interminable, se ha vuelto mucho más fácil de digerir desde que los ingresos de la industria mundial de la música comenzaron a recuperarse en 2015. Después de ocho años de crecimiento y, como analizamos en este artículo, con previsiones de que siga creciendo, actualmente la mayoría de los consumidores de música usan plataformas digitales legales que ofrecen licencias como Spotify, Apple Music, Amazon Music, YouTube Music o Deezer, entre otras. 

Parte de la piratería de música que existe actualmente se ha puesto un disfraz diferente, la actividad ilegal tiene lugar principalmente en las aplicaciones de redes sociales y sitios de transmisión, que son socios valiosos para los sellos discográficos. Si bien YouTube y TikTok están llenos de música con licencia, también contienen música sin licencia cargada por sus usuarios.  

El hecho de que las discográficas tengan buenas relaciones y una línea directa de comunicación con estas plataformas es un punto positivo. Hace dos décadas, cuando la piratería era el principal problema de la industria, la mayoría de estas plataformas ilegales operaban fuera de los EE. UU. y de la Unión Europea, lo que conllevaba que los desafíos legales y la comunicación fueran más complicados y se desarrollaron durante muchos años.  

La intención detrás de la piratería también ha cambiado. Hace 20 años, la piratería era una práctica masiva, como si de un buffet libre se tratase, los usuarios se descargaban mucha más música, películas y entretenimiento de lo que serían capaces de consumir. Ahora, gracias a las plataformas de streaming, esta práctica dejó de ser necesaria y se utiliza, sobre todo en el caso de la música, para momentos específicos o para llegar a música inédita o difícil de encontrar. 

Durante las décadas de 2000 y 2010, los ejecutivos apostaron por las plataformas de streaming para sacar a la industria de los escombros posteriores a Napster y otras plataformas de piratería. Predijeron que los servicios de suscripción facilitarían el acceso a catálogos gigantes de música y que la piratería sería vista como una experiencia inferior. Y no se equivocaban, el streaming ha logrado que las opciones legales, en general, sean más atractivas que las ilegales 

Sin duda, la industria de la música grabada continúa luchando contra la piratería en numerosos frentes, el problema de la piratería en la música no puede eliminarse, pero en general, el enfoque del sector hacia esta ha funcionado, aunque no sin conllevar sus propios problemas, como el de la remuneración de estas plataformas a los artistas y autores. 

Autora: Elena Monge Atienza

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